15.2.10

La tejedora.


Una iluminada mañana la tejedora tejía su ganchillo bajo un hermoso rosal. El olor de las rosas y su maravillosa apariencia llamaba la atención de los otros insectos que atentamente le observaban. Ella les recibía como si de una reina se tratara y les ofrecía te con pastas, ser del club de lectura y les alejaba de ser insignificantes insectos con piropos y cortesía. Pero se olvidaban de algo: Estaban tratando con una araña.



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